En un país democrático, la mayoría manda. En un país muy democrático, no es nuestro caso, la mayoría manda, pero no dicta. En España dicta la mayoría. Hay países en los que la democracia es compasiva y misericordiosa, donde si hay cinco personas, tres comen carne y dos comen pescado, se come tres días carne y dos, pescado.
Así es que, tenemos dos puntos de vista sobre la justicia, igualmente democráticos o parecido, pero yo, personalmente, me quedo, gustándome la carne y el pescado, por ese orden, comiendo pescado dos días y tres, carne; tampoco cuesta tanto.
En fin, queridos constitucionalistas, demócratas, desesperados el voto reflexivo y en conciencia es lo que nos queda. Por eso, uno de mis mejores amigos vota a VOX y yo, a PSOE. Por eso, la diversidad vence y, por eso, el Derecho es política. Nosotros somos el Derecho, la política, la evolución o la involución, llámalo como quieras. Somos nosotros, no el uno y el otro, que si no voto, que si el de la moto, no, todos. El que no vote, que lo pague con pasta si tiene, y si no, con curro, que seguro no le falta.
No es, pues la justicia una entelequia, sino producto de la civilización, pero hay que cuidar del egoísmo de haber nacido en un lugar del globo para juzgar a los demás. Incluso hay que tener cuidado de no juzgar a tu prójimo con prejuicio sino con prudencia y, antes de tomarle por tonto, intenta razonar con él, no vayas a ser tú el idiota.
El caso es que un grupo de personas que representan a la mayoría, legislan y obligan, permiten, prohíben o ignoran con el apoyo del imperio de la Ley, como no puede ser de otra manera, pero, claro, no es admisible el imperio de la Ley arbitraria en su aplicación y desmedida en su inmisericordia que no deja morir en paz, que no admite la realidad liberal y solidaria, revelando la quimera del Estado de bienestar.
La política es tan necesaria como el Derecho. El pluralismo y la participación en España no han de dejar poca tinta a partir de ahora. Sin duda, el 75% de participación en las últimas elecciones generales resulta un dato óptimo y prometedor si continua por ese camino. A ver si llegamos al 80%. Como agua de mayo, viene a nuestra democracia la lluvia masiva de votos de ciudadanos que deciden, que encomiendan la elaboración de normas de convivencia en el marco establecido para su elaboración.
El Derecho es política, en la medida en que es un punto de vista sobre la justicia, nos decía D. Gerardo Landrove Díaz, catedrático de Derecho Penal, en una de sus impresionantes clases. Esas palabras quedaron fijas en mi mente y, desde entonces, entendí muchas cosas. Ahora, haciendo retrospectiva, aprecio mucho más el valor de esa lección magistral, que, se comparta o no, a buen seguro hace reflexionar.